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7 Lecturas Cortas para Jóvenes de Secundaria: Cuentos cortos para adolescentes

Lecturas Cortas para Jóvenes de Secundaria: Cuentos cortos para adolescentes. La lectura es una de las actividades que tiene más poder al momento de reafirmar valores y opiniones. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram  ingresa al siguiente enlace.

Por lo tanto se convierte en indispensable para aquellos jóvenes que todavía están en proceso de formación. Nada mejor que algunos textos cortos para que reflexionen y se sientan motivados.

Echa un vistazo a continuación, una lista de 7 lecturas interesantes (con moraleja), que todo adolescente debería leer para reafirmar sus valores:

 

 

1.- El grupo de ranas (relato inspirador corto)

Mientras un grupo de ranas viajaba por el bosque, dos de ellas cayeron en un pozo profundo. Cuando las otras ranas se amontonaron alrededor del pozo y vieron lo profundo que era, les dijeron a las dos ranas que ya no había esperanza para ellas.

Sin embargo, las dos ranas decidieron ignorar lo que los otros estaban diciendo e intentaron salir del pozo.

A pesar de sus esfuerzos, el grupo de ranas en la cima de la fosa seguía diciendo que debían rendirse. Que nunca lo lograrían.

Eventualmente, una de las ranas prestó atención a lo que los demás decían y se rindió, cayendo muerta. La otra rana continuó saltando tan fuerte como pudo. Una vez más, la multitud de ranas le gritó para que parara el dolor y muriera.

Sin embargo saltó aún más fuerte y finalmente logró salir. Cuando salió, las otras ranas le dijeron: «¿No nos has oído?»

Entonces se dieron cuenta que era sorda y que todo el tiempo pensó que la estaban animando para que saliera.

– La moraleja de la historia:

Las palabras de la gente pueden tener un gran efecto en la vida de los demás. Piensa en lo que dices antes de que las palabras salgan de tu boca. Podrían ser la diferencia entre la vida y la muerte.

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2.- Amor

Un pescador una vez atrapó un salmón. Al ver su extraordinario tamaño, exclamó: «¡Qué pez tan maravilloso! ¡Se lo llevaré al rey! Le encanta el salmón fresco.

El pobre pez se consoló pensando: «Todavía puedo tener algo de esperanza. Después de todo el rey ama a los animales»

El humilde pescador llevó su presa a la propiedad del rey, y el guardia a la entrada le preguntó: «¿Qué hay allí?

«Un salmón», contestó el pescador, orgulloso.

«Genial», dijo el guardia. «Al barón le encanta el salmón fresco.»

El pez dedujo que había razones para tener esperanza… si el rey ama a los salmones, podría dejarlo en libertad.

Una vez dentro del palacio, y aunque el pez apenas podía respirar, seguía siendo optimista. Después de todo, el rey ama el salmón, pensó.

El pescado fue llevado a la cocina, y todos los cocineros comentaron lo mucho que le gustaba el salmón al barón. El pescado fue puesto sobre la mesa y cuando el rey entró, ordenó: «Corta la cola, la cabeza y abre el salmón.»

Con su último aliento de vida, el pez gritó desesperado: «¿Por qué mientes? Si realmente me amas, cuida de mí, déjame vivir. No te gusta el salmón, te gustas a ti mismo!»

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3.- El obstáculo en el camino (cuento corto inspiracional)

Hace muchos años, un rey mandó colocar una enorme piedra en uno de los principales caminos del reino. Luego se escondió detrás de ella y miró para ver si alguien podía mover el inmenso obstáculo.

Algunos de los comerciantes y cortesanos más ricos del reino pasaron por allí y simplemente la rodearon.

Mucha gente culpaba al Rey por no mantener los caminos despejados, pero ninguno de ellos hizo nada para quitar la piedra.

Entonces llegó un campesino que llevaba una carga de verduras. Al acercarse a la roca, dejó su carga y trató de sacar la piedra del camino. Después de mucho esfuerzo, finalmente tuvo éxito.

Después recoger sus verduras, se dio cuenta de que había un bolso en el piso donde había estado la piedra.

El bolso contenía muchas monedas de oro y una carta del Rey explicando que el oro era para la persona que pueda despejar la vía.

La moraleja de la historia:

Cada obstáculo que encontramos en la vida nos da la oportunidad de mejorar nuestra situación personal. Mientras los perezosos se quejan, los demás están creando oportunidades a través de sus corazones bondadosos, generosos y llenos de voluntad de hacer las cosas.

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4.- El usurero (pensamiento creativo)

En una pequeña ciudad italiana, hace cientos de años, el dueño de un negocio familiar debía una gran suma de dinero a un prestamista. El usurero era un tipo muy viejo y poco atractivo, que por casualidad le gustaba la hija del dueño del negocio.

Éste decidió ofrecer al hombre de negocios un trato que borraría completamente la deuda. Sin embargo, sólo se eliminaría si se casaba con la hija del dueño del negocio.

No hace falta decir que esta propuesta fue recibida con una mirada de disgusto.

El prestamista dijo que colocaría dos piedras en una bolsa: una blanca y otra negra.

La hija tendría que meter la mano en la bolsa y sacar un piedrita. Si era negra, la deuda sería borrada, pero el prestamista se casaría con la joven. Si era blanca, la deuda también sería borrada, pero la hija no tendría que casarse con el usurero.

Parado en un sendero, el prestamista se inclinó y cogió dos piedritas.

Mientras él las recogía, la hija se dio cuenta de que había recogido dos piedras negras y las había metido en la bolsa.

Luego le pidió a la joven que metiera la mano en la bolsa y recogiera una.

Naturalmente, la hija tenía tres opciones en cuanto a lo que podía haber hecho:

  • Negarse a recoger una piedra de la bolsa.
  • Saca ambas piedras de la bolsa y exponer al usurero por hacer trampa.
  • Escoger una piedra de la bolsa sabiendo que es negra y sacrificarse por la libertad de su padre.

Entonces introdujo su mano y sacó una piedra de la bolsa, y antes de mostrar su color, «accidentalmente» las dejó caer en medio de los otros guijarros.

Con una sonrisa en su rostro, le dijo al prestamista;

«Oh, qué torpe soy… Pero no importa, si buscas en la bolsa la piedra que queda, sabrás qué color elegí».

La piedra que quedaba en la bolsa es obviamente negra, y viendo que el usurero no quería ser expuesto como un tramposo, tuvo que seguirle el juego como si la piedra que la joven dejó caer era blanca, saldando así la deuda de su padre.

Reflexión y moraleja de la historia:

Siempre es posible superar una situación difícil, mediante pensamiento creativo y no ceder a las únicas opciones que crees que tienes para elegir.

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5.- El día en que todo salió mal

Cada vez que necesito ayuda como madre, recuerdo a mi propia madre y a mi abuela, mujeres que plantaron semillas de sabiduría en mi alma.

Hace unos días días, llegué a casa y encontré una carta de advertencia de una planilla de luz sin pagar, el estado de cuenta de mi tarjeta de crédito y varias facturas atrasadas.

Además mi hijo Tommy, de 15 años, se quejaba de un mal corte de cabello. Tuvo que aguantar todo el día que otros estudiantes del colegio lo llamaran «calvo».

Lisa, mi segunda hija, se sentía devastada, pues aunque había estudiado mucho para la prueba final del séptimo grado, le habían faltado dos decimales para no reprobar.

Por último Jenni, en su primer año de escuela, había sido «víctima» de la timidez al momento de realizar una lectura frente a toda la clase.

Miré los rostros desconsolados de mis hijos, y fue entonces cuando la imagen de mi abuela vino sonriendo a mi cabeza. Entonces dije:

Muy bien, ¿saben qué día es hoy? Es «un día en que todo salió mal» ¡Vamos a celebrarlo!

Me miraron, sorprendidos y con curiosidad. Continué: «Mi abuela siempre decía que aprendemos más de nuestros errores que de nuestros éxitos. Siempre nos decía que cuando uno más se equivoca o las cosas le salen mal, es cuando existe mayor oportunidad de superarse y triunfar».

Esta fue la primera de muchas otras fiestas por «las cosas que no funcionaron». En medio de la tragedia, buscamos siempre una excusa para celebrar, en lugar de angustiarnos por lo que habíamos sufrido.

Espero haber plantado en las almas de mis hijos las semillas recogidas por la sabiduría de las mujeres que me precedieron. Y que estas semillas se extiendan en sus propios jardines algún día.

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6.- El eco

Un hijo y su padre caminaban por las montañas, cuando, de repente, el niño cayó, se hizo una herida y grito: «¡Aaahhh!»

Para su sorpresa, oyó repetirse su voz desde algún lugar en la montaña: ¡Aaahhh!»

Curioso, gritó: «¿Quién eres tú?»

Y recibió como respuesta: «¿Quién eres tú?»

Enojado por la contestación, gritó: «¡Cobarde!»

Y recibió como respuesta: «¡Cobarde!»

Entonces, miró a su padre y le preguntó, «¿Qué está pasando?»

El padre sonrió y le dijo: «Hijo, presta atención.» Y le gritó a la montaña: «¡Te admiro!»

La voz contestó: «¡Te admiro!»

Otra vez, el hombre gritó: «¡Tú eres un campeón!» Y la voz respondió: «¡Tú eres un campeón!»

El muchacho seguía sin entender. Entonces, el padre le explicó: «La gente lo llama eco, pero realmente es vida, porque te devuelve cualquier cosa que dices o haces”.

Y agregó: “Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones. Esta relación se aplica a todo, en todos los aspectos de la vida. La vida te devolverá todo lo que le des. Porque tu vida no es una coincidencia. Es un reflejo de ti.”

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7.- La vida es un jardín

En una pequeña aldea de los Alpes Suizos, Hans, un simpático anciano de más de 80 años, jardinero de profesión, se había convertido en la atracción de los turistas. Su aspecto bonachón, su buen humor, y sobre todo, su sabiduría natural, hacían que todos quisieran pasar un tiempo con él, mientras trabajaba la tierra y mantenía los jardines de la plaza del pueblo.

Un día, llegó un contingente de ejecutivos, de paso hacia una convención. Atraídos por la belleza natural, tomaron y paseo, y, de regreso, descansaron en la plaza. Al ver que estaba rodeado de niños, jóvenes, adultos y ancianos, se acercaron a ver qué pasaba.

Y allí estaba Hans, respondiendo las preguntas que le hacían, con parábolas sobre su profesión de jardinero y la vida. Entonces, les dijo: “La vida es un jardín. Lo que siembres en ella, eso te devolverá. Así que elige semillas buenas, riégalas y con seguridad tendrás las flores más hermosas.

Cada acto, palabra, sonrisa o mirada, es una simiente. Procura, entonces, que caiga tu simiente en el surco abierto del corazón de los hombres y vigila su futuro.
Procura, además, que sea como el trigo que da pan a los pueblos, y no produce espinas y cizaña que dejan estériles las almas.

Muchas veces sembrarás en el dolor, pero esa siembra traerá frutos de gozo. A menudo sembrarás llorando, pero, ¿quién sabe si tu simiente no necesita del riego de tus lágrimas para que germine?

No tomes las tormentas como castigos. Piensa que los vientos fuertes harán que tus raíces se hagan más profundas, para que tu rosal resista mejor lo que habrá de venir.

Y, cuando tus hojas caigan, no te lamentes; serán tu propio abono, reverdecerás y tendrás flores nuevas.

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