El Reino Unido busca trabajadores desesperadamente
Reino Unido. El Reino Unido busca trabajadores desesperadamente. Un año después de tener que recortar su plantilla por la pandemia de la covid-19, Gabriel González se enfrentaba al problema opuesto: conseguir trabajadores para poder reabrir sus dos restaurantes de comida peruana fusión en Londres. “Tuvimos que reducir el equipo, lamentablemente, y algunos trabajadores decidieron volver a su país. Pero ahora, con la reactivación, ha costado bastante encontrar gente. Hemos tenido mucha suerte en cocina, pero nos ha costado buscar camareros y personal de atención al cliente”, explica el propietario de LIMA London Group, que asegura haber subido el salario a algunos “trabajadores puntuales” para retenerlos. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
Lo que no es puntual es su caso: la escasez de mano de obra se ha agudizado en el Reino Unido durante los últimos meses, con algunas empresas haciendo llamamientos al Gobierno para que tome medidas urgentes. Unos resultan llamativos, como el de la alemana Haribo advirtiendo que no podía cumplir con todos sus pedidos de importación de gominolas a las islas británicas al no encontrar transportistas. Otros suenan alarmantes, como el de Premier Foods, uno de los conglomerados de alimentos más grandes del país, que sugirió al Ejecutivo de Boris Johnson estudiar la posibilidad de recurrir al Ejército para suplir la falta de conductores de camiones, que amenaza dejar desabastecidos los supermercados.
Según una encuesta de la Cámara de Comercio Británica en la que participaron más de 5.700 empresas, el 70% tuvo problemas para encontrar personal durante el segundo trimestre de 2021. El sector más afectado fue el de la construcción, donde este porcentaje ascendió al 82%, seguido de la hostelería y la restauración (76%). “A medida que las firmas se liberan de las restricciones del confinamiento, la escasez de cualificaciones y de mano de obra que experimentaban antes de la pandemia vuelve a escocer”, aseguraba en una nota de prensa la jefa de políticas para las personas de la Cámara, Jane Gratton.
Éxodo de extranjeros
Según el último informe de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), el número de ofertas de trabajo publicadas entre abril y junio superó los niveles anteriores a la pandemia: 862.000, casi un 10% más de las registradas entre enero y marzo de 2020. El desafío de llenar estos puestos no es nuevo para el Reino Unido, pero, tras una pausa obligada por la aparición de la covid-19, ha vuelto reforzado por el éxodo de extranjeros desatado por los confinamientos y el fin de la libre circulación de trabajadores procedentes de la UE en enero.
Según un informe de la Confederación de Empleo y Selección de Personal (REC) y KPMG, el número de trabajadores disponibles tuvo su caída más grande desde 1997. “Hemos sufrido de escasez de mano de obra los últimos siete años. Ya en su día, estimamos que hacían falta entre 50.000 y 60.000 conductores. Ahora, se necesitan unos 75.000”, afirma Kate Gibbs, de la Asociación de Transporte por Carretera del Reino Unido, uno de los sectores más afectados. Históricamente, su gremio ha estado compuesto en gran parte por europeos del Este, que dejaban a sus familias en sus países y les enviaban dinero cada mes. “Cuando la libra se hundió, como resultado del Brexit, empezaron a volver a casa porque ya no valía la pena seguir manteniendo dos hogares. Creemos que, en total, se han ido unos 15.000”, explica Gibbs.
A esto se suman los efectos de la pandemia, que el año pasado llevaron a cancelar 30.000 exámenes para obtener el permiso para conducir camiones. Las consecuencias las sufren ahora desde pequeños ayuntamientos, que suspenden la recolección de residuos al no encontrar chóferes, hasta grandes cadenas de supermercados como Tesco, que está ofreciendo un incentivo de 1.000 libras (1.175 euros) a los conductores que se incorporen a su flota antes del 30 de septiembre.
Junto a la del transporte de carretera, patronales como la de las cárnicas, la hostelería o la construcción piden constantemente al Gobierno que incluya a sus afiliados en la lista de ocupaciones de difícil cobertura. Un lugar ahí les permitiría traer empleados de fuera más fácilmente y a menor precio. La falta de personal está “repartida de manera equitativa” entre varios sectores, según Gerwyn Davies, consejero de políticas públicas de la asociación de profesionales de recursos humanos Chartered Institute of Personnel and Development (CIPD). “Pero quizá la más interesante sea la que se da en industrias de salarios bajos como la hostelería y el comercio al por menor, sobre todo tras el aumento en desempleo que vivieron el año pasado”, opina.
Se ofrecen primas
Bares y restaurantes han redoblado esfuerzos para reclutar nuevos empleados. La cadena de asadores Hawksmoor ha llegado a ofrecer bonos de 2.000 libras a aquellos trabajadores que recomienden con éxito candidatos para cubrir las vacantes. Del otro lado, cocineros como José Flores, un boliviano de 41 años, se han visto sorprendidos por varias e insistentes ofertas para cambiar de empleo. “El año pasado, recién llegado, pasó lo de la pandemia y yo buscaba y buscaba trabajo, pero no había”, recuerda. Finalmente, encontró uno en una empresa de comida para llevar en la que estuvo hasta junio de este año, cuando sus compañeros empezaron a irse uno a uno hasta dejar el negocio sin personal. “Había demanda de trabajadores por todos lados… He llegado a tener dos pruebas de trabajo cada día y, aunque les decía que no hablaba inglés, no les importaba”, afirma.
“Esto se ha dado por una combinación de factores”, explica Davies. “El principal es la pandemia, que ha creado incertidumbre y ansiedad… Nacionales de la UE, que están sobrerrepresentados en esos sectores, han regresado a casa, ya sea de manera temporal o permanente”. Además, entre quienes se quedaron, están los que, tras perder su trabajo en restaurantes y hoteles, encontraron refugio en otras industrias donde no existen los turnos nocturnos ni de fines de semana y ahora no las quieren abandonar. “Tienen más estabilidad, mejor equilibrio entre vida personal y profesional y los constantes cambios de normas que los dejaban con o sin trabajo durante los últimos 18 meses les han dejado huella psicológica”.
Andreea Barbu es una de ellas. “Trabajaba en un restaurante, pero después de la reapertura, el ambiente era muy diferente. Los jefes estaban todo el día con amenazas porque había menos empleados y nos hacían trabajar más”, cuenta esta joven rumana. “En octubre, me fui como supervisora de limpieza a una inmobiliaria… Trabajo cuatro días a la semana, acabo a las cinco de la tarde, me pagan mejor y hay buen ambiente, nada que ver con la hostelería”, cuenta. “Si no hubiese sido por la pandemia, me hubiera costado mucho dejar el restaurante”.